PLANIFICACIÓN DE LA COMUNICACIÓN: UNA HERRAMIENTA ESTRATÉGICA PARA EL DESARROLLO PROFESIONAL DE LOS ESTUDIANTES DE LA CARRERA CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN (PRIMERA PARTE)
Existe un
crecimiento considerable de la investigación en cuanto a la planificación de la
comunicación. Una evidencia de aquello es la implementación en la malla
curricular en diferentes instituciones educativas de asignaturas que tienen que
ver con el tema[1].
Sin embargo no se ha podido notar la incidencia de este “auge” en el
aprendizaje de la planificación de la comunicación en la práctica profesional.
Diferentes instituciones tanto privadas como públicas no están conformes con
las habilidades adquiridas por los profesionales en comunicación.
Es claro
que hoy en día, puede ser identificada una tendencia social y académica, que le
augura a la disciplina de la planificación de la comunicación un rol
trascendental en la identificación y propuesta de solución a los distintos
problemas sociales y comunicacionales. Como señala Ana Hernández Martínez[2]:
“toda estructura social cuyo desarrollo
está relacionado con actividades externas crea por si misma procesos de
comunicación”, por lo que se hace necesario hacer utilización de los principios
de la planificación para ordenar actividades.
La
planificación de la comunicación se constituye en una de las herramientas más
importantes en el desarrollo de las actividades laborales del comunicador
social. Planificar implica la organización de una serie de actividades, lo que involucra
a decir de Charles Heine (2009, p. 45): “Achieve a
predefined target through the collective effort”[3].
Es decir que la planificación involucra una serie de diligencias que
posibilitan “adelantarse al futuro” (Wernerl, 1997, p. 99), utilizando para tal
efecto métodos y procedimientos lógicamente determinados.
Muchos especialistas han criticado
la forma en la que se concibe la planificación de la comunicación en distintas
actividades que persiguen simplemente un fin: la generación del producto
comunicacional[4].
La planificación de la comunicación es un sistema mucho más complejo en el que
debemos tener en cuenta: “non seulement le fin mais les moyens”[5]
(Bouyer, 2005, p. 101). Por la misma esencia de la planificación, el
comunicador social de manera gradual y paulatina debe dar respuesta de forma
ordenada a las necesidades y/o problemas previamente identificados, proporcionando
para ello los instrumentos necesarios a una situación y contexto concretos.
Es de hacer notar que la
planificación de la comunicación es la premisa para las subsiguientes
actividades a ser desarrolladas, y no implica la ejecución de las mismas. Su
función más bien está orientada a la: “toma de decisiones de manera lógica y
racional” (Scolari, 2003, p.12), con el objetivo de optimizar los recursos y
resolver los posibles problemas a presentarse. Para Katti Mantilla[6]:
“…la planificación (…) no debe concebirse de forma restrictiva ni
utilitarista, en tanto que mera herramienta al servicio de la comunicación,
sino como la manera que tiene el hombre de gestionar el futuro en sentido
amplio…”.
La planificación de la comunicación se gestiona
estratégicamente, por lo que el comunicador social debe tener una adecuada base
teórica, conceptual y practica para afrontar el desafío de iniciar un proceso
de estas características. Sin embargo luego de un pequeño estudio realizado
entre los estudiantes de la Carrera Ciencias de la Comunicación Social de la
U.P.E.A., se ha podido constatar que la
mayoría no tiene una clara idea de los alcances y potencialidades que tiene la
planificación de la comunicación en el ejercicio profesional, teniendo en
cuenta que en la ciudad de El Alto, el mercado laboral requiere de
profesionales con estos conocimientos y aptitudes.
[1] La
base de esta dinámica es el estudio del mercado laboral, que requiere profesionales
que no se centralicen en los medios masivos de comunicación.
[2]
Extraído de: http://www.ull.es/publicaciones/latina/_2008/09_Alicante/4812ajhernandez.htm,
página consultada el 20/10/2014
[3]
“Conseguir el cumplimiento de un objetivo predeterminado mediante el esfuerzo
colectivo”.
[4]
Adoptando una actitud reduccionista, donde se ha concebido a la planificación
de la comunicación como una simple guía de actividades a ser desarrolladas.
[5] “No
solo el fin sino los medios”
[6]
Extraído de : http://www.cienciared.com.ar/ra/usr/9/689/fisec_estrategias_n12_m2pp17_32.pdf,
página consultada el 30/10/14
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